Una propuesta meramente democrática.
Hace algunas semanas critiqué la iniciativa de Zapatero en relación con la Ley de Memoria Histórica. Decía entonces que “la llamada Ley de la Memoria Histórica se aprobará finalmente, pero de manera insuficiente y sesgada, restando posibilidades de mejora en un futuro. Ante las polémicas planteadas ¿qué grupo emprenderá una reforma de esta ley si no es para su derogación -cuando el PP vuelva a gobernar-?”. Esto es, Zapatero no solo es criticado desde la derecha sino que también desde reputadas posiciones dentro de las izquierdas. Para muestra, transcribo la carta al director de EL PAIS remitida por el catedrático Vicenç Navarro, el 9-10-2006:
“UNA PROPUESTA MERAMENTE DEMOCRÁTICA
Es síntoma del conservadurismo imperante en la cultura política del país que mi propuesta (Recuperar o corregir la Memoria Histórica, 21-9-2006) de que se reconozca a las víctimas del franquismo y se conozca a aquellas personas e instituciones responsables de tal victimización se considere una medida radical (Manuel Martínez Chicharro, Más sobre la Memoria Histórica, 2-10-2006), cuando es una práctica reconocida hoy en la mayoría de países que sufrieron dictaduras semejantes a la franquista.
La gran mayoría de asesinatos políticos que ocurrieron durante la dictadura franquista se realizó como parte de una política de Estado en la cual tales atrocidades estuvieron firmadas y formalizadas. Las víctimas y sus familiares tienen que tener derecho a conocer el nombre de las personas e instituciones (muchas de ellas aún existentes) que firmaron su ejecución, prisión o exilio, derecho que no se les reconoce en el anteproyecto de ley de la llamada recuperación de la Memoria Histórica".
“UNA PROPUESTA MERAMENTE DEMOCRÁTICA
Es síntoma del conservadurismo imperante en la cultura política del país que mi propuesta (Recuperar o corregir la Memoria Histórica, 21-9-2006) de que se reconozca a las víctimas del franquismo y se conozca a aquellas personas e instituciones responsables de tal victimización se considere una medida radical (Manuel Martínez Chicharro, Más sobre la Memoria Histórica, 2-10-2006), cuando es una práctica reconocida hoy en la mayoría de países que sufrieron dictaduras semejantes a la franquista.
La gran mayoría de asesinatos políticos que ocurrieron durante la dictadura franquista se realizó como parte de una política de Estado en la cual tales atrocidades estuvieron firmadas y formalizadas. Las víctimas y sus familiares tienen que tener derecho a conocer el nombre de las personas e instituciones (muchas de ellas aún existentes) que firmaron su ejecución, prisión o exilio, derecho que no se les reconoce en el anteproyecto de ley de la llamada recuperación de la Memoria Histórica".
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