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06 octubre 2006

De victoria en victoria hasta la derrota final.

Incluyo en el blog un artículo de Rosa Díez y mi comentario, en negrita, lo econtraréis al final del mismo.
Iván Vélez escribió:
Quedan aún socilistas (quiero decir, miembros del PSOE) decentes. Ahí va una muestra:
De victoria en victoria hasta la derrota final
Por ROSA DÍEZ
Esta mañana me decía un amigo: «Rosa, no le des más vueltas: ya nos han derrotado». Estábamos hablando del «proceso»; más en concreto, de la mesa de partidos cuya constitución, metodología y alcance está, según todos los datos, prácticamente ultimada.Los periódicos del grupo Vocento han venido informando de los pasos que se estaban dando en las últimas semanas para «desatascar» ese «elemento fundamental» a juicio de los terroristas que es la mesa de partidos; después de la última amenaza de los terroristas, Moncloa y PSOE se pusieron manos a la obra. El acto terrorista de Oiarzun ha dado resultados espectacularmente positivos para la estrategia de los que acabaron disparando al aire pero anunciando que tenían la sangre (la nuestra, naturalmente) preparada. Finalmente ayer, ABC explicaba los pormenores de los acuerdos hasta ahora alcanzados, entre los que está el compromiso de abordar en ese foro extraparlamentario la autodeterminación y la territorialidad.Es tan obvio el retroceso democrático que supone el hecho de que el PSOE, el partido que gobierna España, esté dispuesto a abordar en una mesa extraparlamentaria la autodeterminación y la territorialidad que sólo me queda denunciar el hecho; como quien presenta una demanda ante el Juzgado porque las palabras no le han servido para intentar convencer al agresor de lo inadecuado de su conducta y se siente en la necesidad de reclamar que se aplique la ley en defensa de unos derechos que considera violados.Habrá quien diga desde las filas del Gobierno o del Partido Socialista que van a hablar de esas cosas para decir que no. No será verdad. Porque si se está dispuesto a hablar de un supuesto no aplicable en la democracia española -ni en ninguna otra-, como es la autodeterminación, es que se está dispuesto a aceptar el principio sostenido por ETA de que en España no ha habido democracia y por eso nos han perseguido y asesinado. En este caso aceptar el debate para llegar a acuerdos es aceptar los planteamientos de los terroristas. Es aceptar que el terrorismo tenía causas, objetivos legítimos, por mucho que sus métodos no lo fueran. Es retroceder democráticamente, recorrer un camino desde la democracia hacia el totalitarismo. Que nadie se engañe: la constitución de la mesa extraparlamentaria para abordar los temas que le correspondería abordar -en todo caso- a la instancia legitimada para representar la voluntad de los ciudadanos no será dar un paso para incorporar a los terroristas al juego democrático, sino perder una parte de la legitimidad democrática para acercarnos a ellos. Es la rendición ideológica. Es optar por recorrer el camino hacia la paz de Azkoitia. Es el desestimiento; es nuestra expulsión.Si se alcanza un acuerdo para debatir la autodeterminación y la territorialidad en esa mesa extraparlamentaria se confirmará nuestra derrota. Será la derrota de los constitucionalistas, la derrota de los demócratas, de los que hemos defendido las reglas del juego democrático, de los que defendemos la Constitución, de los que queremos derrotar el terrorismo, de los que sabemos que la derrota del terrorismo requiere de la derrota ideológica y semántica de la banda. Si se acepta el debate, la victoria ideológica y semántica, la victoria total, será de los terroristas.Si se acepta ese debate en esa mesa extraparlamentaria, la democracia estará remunerando el terror, los mil muertos, los exilados, el miedo que nos infringieron, la libertad que nos quitaron. Los actos de los terroristas habrán tenidos sentido; los nuestros, los de los ciudadanos constitucionalistas, los de las víctimas, los de los resistentes, no.Carlos Martínez Gorriarán lo explica mejor de lo que yo puedo hacerlo en su artículo portada de Basta Ya en el día de ayer: «A estas alturas no caben muchas dudas razonables de que el presidente Zapatero, con el apoyo casi unánime de su partido, sea por convicción o por miedo, y de todos los demás con excepción del PP, el único que conserva la cordura en este asunto, está dispuesto a enviar representantes a una mesa, llamada de partidos, cuya misión será pactar con ETA y los demás nacionalistas determinados cambios de las instituciones vascas, con vistas a persuadir a los terroristas de que para conseguir sus intereses, aunque sean ilegítimos, les irá mejor "haciendo política" que pegando tiros y poniendo bombas. A eso le llaman "la paz", y conseguirla es la única justificación de la mesa de partidos, poco interesados en la libertad».Ya se sabe que el problema de ceder al chantaje es que si pagas una vez estás preso para siempre. Y con ETA hemos empezado a pagar desde el mismo día que en plena ola de asesinatos los emisarios del PSOE empezaron a sentarse con los terroristas. A partir de ahí, todo ha sido ir cediendo. Desde la declaración del Congreso de mayo de 20050 -buscada al margen del Pacto y cambiando de socio para complacer a ETA que quería que se visualizase que «iba en serio»-, hasta los inclumplimientos reiterados de los compromisos adquiridos en sede parlamentaria, desde la necesaria verificación de la ausencia absoluta de violencia, comunicación al Parlamento del inicio de las conversaciones, hasta la negación de que se iba a hablar de autodeterminación o de Navarra con la banda. Incumplimientos que tuvieron su culminación cuando el propio presidente les explicó a los periodistas que iba a «respetar la voluntad de los vascos», que es como ETA llama a la imposición de sus tesis. Y, además, aceptación de la discusión del «proceso» en el Parlamento Europeo. -una de las más viejas aspiraciones de la banda-, reconocimiento como interlocutor político de Batasuna-ETA mientras ésta sigue en la lista Europea de Organizaciones Terroristas, homologación de la situación del País Vasco con Irlanda -otra de las reivindicaciones más queridas de la banda-, aprovechando la visita de Blair...Todo han sido cesiones. Todo desde el principio, desde hace más de cuatro años, desde que nos engañaban con desmentidos y buenas palabras a quienes seguíamos en primera línea pensando que arriesgábamos la vida por defender un futuro en libertad. Se han traspasado ya todas las líneas rojas; todas. Pero me dicen que en Moncloa están contentos. Que creen que tienen asegurada la reelección, la próxima victoria. Es posible. Iremos de victoria en victoria. Hasta la derrota final.Si quienes tienen la obligación de velar por la integridad de las instituciones democráticas no creen en ellas, si nos dejan solos, ¿qué podemos hacer más allá de declararnos -y sentirnos- derrotados? Sólo nos queda la denuncia; la denuncia y la palabra en la plaza pública. Vendrán tiempos peores. Por eso pienso que es la hora de prepararnos recomponiendo complicidades transversales entre demócratas, entre gentes que, al margen de su ideología, estemos unidos por lo fundamental; unidos en un compromiso de resistencia ante el fanatismo y de defensa y fortalecimiento de nuestras instituciones. Unidos por la convicción de que el objetivo es la libertad. Y que por eso y para eso merece la pena seguir luchando.
Sin entrar a valorar los contenidos del artículo de Rosa Díez sí me llama la atención lo siguiente: Rosa habla como si conociese datos que los demás ignoramos (el contenido de los acuerdos gobierno-ETA a los que solo les faltaría la rúbrica, etcétera). Además de hablar como si supiese esto también hace gala en su artículo de rechazarlo por considerarlo ilegal. Supongo que esta actitud de Rosa Díez es la que mueve a Iván Vélez a denominarla "decente". Pues bien, yo voy a ser más exigente con Rosa que el propio Iván: a mi modo de ver, caben dos alternativas -que, por cierto, en ningún caso hacen de Rosa una "socilista" decente-:
a) O bien no sabe nada y todo es fruto de su imaginación pero queda bien en algunos círculos (quién sabe qué mecanismos psicológios actuarán en ella que expliquen esta conducta). O,
b) Es cierto que tiene conocimiento de los hechos que denuncia en su artículo pero -por la razón que sea- no dice que vaya a ir a un juzgado (¿Audiencia Nacional?) a denunciar estas ilegales charlas y estos ilegales acuerdos entre nuestro gobierno y la banda terrorista ETA.

Por lo dicho considero a Rosa como antiespañola y demagoga. Saludos.

6 comentarios:

  1. Por su interés, transcribo la respuesta de Iván a mi correo electrónico esta misma mañana:

    Quise escribir socialista, aunque lo de socilista puede ser un hallazgo. En cualquier caso, con decente, me refiero a que esta mujer se mantiene en posiciones patrióticas, que es lo mínimo exigible a un representante de un partido nacional. Al menos, y caben muchísimos matices, más decente que Zapatero y su cohorte nacionalista que dan, y eso creo que es evidente, pasos a diario en la dirección de acabar con la fuente de nuestra libertad, vg. la nación española, España, vamos
    Atentametne
    Iván

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  2. Por su interés, incluyo el comentario de Alfonso Bandín:

    Siento decirte Juan Carlos, y lo hago de un modo objetivo, puesto que no te conozco de nada ,que tú no eres NADIE para juzgar a Rosa Díez como antiespañola, tú no repartes carnets de españolidad ni das certificados de buen español.Tu crítica me parece absurda, sin base y ésta sí, demagoga.Dices que no entras a valorar los contenidos, ! pues ya me explicarás!, porque de eso se trata,de valorar lo que ella expone en la carta, no de suponer que tiene datos que no revela y basar tu crítica en esa hipótesis, que por cierto, como ciudadana estaría en su derecho de revelar la información que ella crea conveniente.No comprendo, por otra parte, la farragosa disyuntiva en la que colocas a Rosa Díez, si no tiene las según tú, secretas informaciones es para quedar bien, si de lo contrario las conoce y no va ipsofacto a un juzgado de guardia a denunciar no sabemos bien el qué, es indecente y antiespañola.Lo que explica Rosa Díez, está al alcance de todos los que compren la prensa, parece ser que el ABC concretamente, en el maravilloso mundo del grupo PRISA ya sabemos todos que no ocurre nada perjudicial para España.

    Por último, sumarme a la opinión de Iván, creo que Rosa Díez, es de los pocos socialistas decentes que quedan ( Nicolas Redondo,Goztone Mora, Maite Pagazaurtundúa....alguno más en el socialismo vascongado, pero de "renombre" no mucho mas) y representa una doble valentía de resistencia ante los nacionalistas y su terror y los compañeros de partido que les han vendido y traicionado y tratan de expulsarles.Podría extenderme sobre los multiples méritos de una resistente durante muchos años al nacionalismo vasco, una defensora del sentimiento español en vascongadas, pero creo que no hace falta, pefiero acabar haciéndome eco de sus palabras "vendrán tiempos peores y es la hora de prepararnos recomponiendo complicidades transversales entre demócratas"


    SALUD, REPUBLICA Y ESPAÑA.

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  3. Anónimo11:28 p. m.

    La verdad es que me sorprende esto de hacer públicos mensajes privados, Juan Carlos. Yo no lo haría, aunque puedes publicar cualquier cosa que te mande porque no tengo nada que ocultar, pero insisto, yo no lo haría.
    He enviado esta mañana el artículo de Díez porque me parece que es una digna y admirable ciudadana (ahora se dice así).
    ¿ANTIESPAÑOLA? ¿por qué?. ¿Es que jugarse la vida a diario es de demagogos?¿qué decir entonces de Madrazo, LLamazares , ZP, y demás traidores?
    Y me explico antes de que empieces a liar el embrollo terminológico. Traidores en cuanto que contribuyen a destruir, romper España. Y no sólo por el golpe de estado dado en Cataluña, donde por cierto, un tío de Cuenca como yo, lo tiene crudo. Y todo esto "desde la izquierda".....
    Sino porque ahora están dispuestos a echarse en brazos de la "izquierda aberchale".
    Ni siquiera tienen la altura moral de los gánsters, que nunca olvidan a sus compañeros caídos. Ni siquiera conocen los rudimentos de las ideologías que dicen representar, ni siquiera saben nada de la manipulación histórica que subyace en las tesis nacionalistas ("territorialidad", "autodeterminación", "libre adhesión")
    Una vergüenza para lo que dicen representar, repito. La involución estos a la que han llegado estos burgueses es espantosa.Finalizo.
    Como este mensaje tendrá réplica, agradecería que se evitaran las críticas "ad homimem"
    Y por último, un aviso. Como cuando te plazca sacarás las CONCLUSIONES (de concluir) que se te antojen y nos etiquetarás como te plazca, entraré y saldré de esta bitácora cuando me plazca
    SALUDOS CORDIALES
    Iván

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  4. Efectivamente, Iván, habrá respuesta para tí y para Alfonso.

    Con respecto a las cuestiones de forma que has planteado (sobre mensajes privados y demás)debo decirte que tienes toda la razón. He meditado mucho la decisión de hacer públicos algunos de estos mensajes. Si finalmente lo he hecho ha sido a raiz de un correo recibido en mi buzón el día 2 de octubre cuyo destinatario J.L.A. (a quien supongo conocerás, yo no tengo el gusto) me incluye como receptor junto a una veintena de personas más de su comentario dirigido a tí.

    Iván, aunque no lo creas, pero en la última conferencia de Bueno en Madrid, intenté que así fuera, tengo que decirte que te estimo en gran medida. La atención -merecida, por otro lado- que he prestado a tu última intervención en EL CATOBLEPAS debería ser prueba de mis palabras, así como la merecida difusión que he dado a tu artículo en círculos que desconoces.

    Los dos mensajes privados que he difundido hasta ahora eran, a mi juicio de gran interés y consideré que mi blog merecía contar con tales textos. No obstante, ante la estima que, reitero, te tengo, te aseguro que no volveré a difundir mensajes que tengan alguna relación, aunque sea oblícuamente, contigo. Un fuerte abrazo.

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  5. Anónimo11:34 a. m.

    En realidad mi mensaje no hacía sino adjuntar el artículo de Rosa Díez en ABC, luego de privacidad no tiene nada más que el adjetivo "decente" que yo adjudicaba a la política vasca. Por lo tanto, con esto pretendo limar un poco las asperezas surgidas. Repito, publica lo que quieras.
    Pero ya que estamos de balance, me gustaría aclarar algunas cosas. Mi irritación surge al ver que en los dabates políticos no jay más que lugares comunes (antiamericanismo, recurrencia a Franco, denostación e insultos a Aznar, pacifismo vacío de contenido, izquierda, derecha, facha...)
    El debate, así, se asemeja al que mantiene la casta inculta y acomodada que calienta los sillones del Congreso. Y así no hay manera de debatir nada, creo yo.

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  6. Estimado Alfonso: resulta tan obvio que yo no reparto carnets de españolidad ni certificados de buen español –ni de ningún otro tipo, debo decir- que este comienzo de tu comentario me produce cierta perplejidad por lo anacrónico. Deberías tomar mis comentarios en la línea de los que se refieren a los Madrazo, Llamazares, ZP “et altrii” como traidores, es decir, como un simple comentario sin la mayor importancia porque, finalmente, ¿quién de nosotros dispone de la competencia legal para considerar a Rosa Díez como “antiespañola” o a los tres políticos anteriormente citados como “traidores”? Creo que ninguno. En cambio, aprovecharé tu argumentación para indicar que todos los que calificamos a estos políticos lo hacemos en nuestra condición de ciudadanos, de manera que, tal como has sugerido, en cuanto tal, en cuanto ciudadano, estoy en mi derecho de manifestar las opiniones que yo estime convenientes.

    Dicho esto, me apresuro a reconocer que mi condición de “ciudadano” tampoco me libera de ver sometidas mis tesis a la crítica, incluso a la más descarnada crítica, como aquella que se ejercita del siguiente tenor: “Tu crítica me parece absurda, sin base y ésta sí, demagoga”, sin explicar más. Por mi parte, no entro a valorar los contenidos del artículo de Díez porque me limito a dar mi opinión sobre su posición. Esta opinión la doy tras leer su artículo, y me limito a lo expresado en él, para no incurrir en un juicio de intenciones (donde hubiera caído si no me hubiera leído el artículo de marras).

    Pero el caso es que Díez no solo es ciudadana. También ha tenido –o tiene, pero ahora no me voy a levantar a confirmar este dato- responsabilidades políticas tanto en España como en “foros europeos”. Ítem más, Díez tiene acceso a medios de comunicación a escala estatal, cosa de la que yo carezco, oh simple mortal… ¿No te parece, Alfonso, que por todos estos elementos Díez debería expresar sus ideas de modo, digamos, más serio y riguroso? Esto es, no basarse en suposiciones sobre cuestiones de tanta importancia (habla de ilegalidades, habla del estado) ni recurrir a fuentes desconocidas para dar validez a sus comentarios… Porque el caso es que, Díez menciona fuentes de Moncloa (“me dicen que en Moncloa están contentos. Que creen que tienen asegurada la reelección, la próxima victoria”) pero no sabemos si se refiere a un chofer de Moncloa, a un administrativo de Moncloa, o al propio presidente del Gobierno. Aquí Díez parece hablar con conocimiento de causa pero por su artículo no sabría si darle el crédito de Agamenón o el de su porquero.

    Por último, la disyuntiva en la que coloco a Díez se la ha ganado ella misma, a pulso, pero no me gustaría que nos enteráramos al cabo del tiempo, que en algún despacho se estaba poniendo a España en almoneda, Díez lo supiera, y no hiciera nada por evitarlo. Bueno, sí, algo sí que hizo, un articulillo insulso. Saludos.

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