Sobre "terceras vías"
Alabo la “cortesía parlamentaria” de Chadwick. Además, sus intervenciones en el blog son un claro ejemplo de que se puede elevar el nivel del debate sin tener que recurrir necesariamente a elevar el tono… que un Miguel Roca siempre será más eficaz que un Martínez Pujalte. Siendo esto cierto, no empece para que inmediatamente le mande a mis padrinos y le conceda elegir entre batirse a sable o a espada.
Chadwick: cada párrafo, cada línea de tu comentario sugiere una respuesta. Lo curioso del caso es que introduces multitud de elementos de juicio pero en tu escrito no aparecen desordenados ni expuestos groseramente. Todo es pertinente, y uno no sabe a qué carta quedarse: si responder al todo o hacerlo pacientemente con cada una de sus partes componentes. Lo que sí parece evidente es que habrá respuesta, no puede ser de otro modo.
No comparto tu interpretación “hegeliana” de alguno de mis razonamientos. En realidad no es que una idea se oponga a otra y, como resultado, surja una tercera -con todas las influencias que queramos de las anteriores… esto recordaría demasiado al esquema tesis-antítesis-síntesis-. No existe un Maragall que, por sí y ante sí, como una secreción de su conciencia pura, imagine una llamada “vía Maragall” que se oponga a otra conciencia pura llamada “vía Ibarra”, secretada también, las cuales, tras singular batalla, se fundan en una llamada “tercera vía” que todos acepten sin discusión y aquí paz y después gloria. No. Yo no lo veo así.
Probablemente las terceras vías surjan de diversos planes y programas enfrentados mutuamente -no siempre de manera violenta porque cabe la identificación, la absorción, la asimilación, etcétera- de donde saldrán los planes y programas victoriosos. Las normas del Derecho no se improvisan de un día para otro, se trata de rutinas enfrentadas a otras rutinas que solo alcanzarán el estatuto de norma jurídica cuando se hayan impuesto históricamente bien por su practicidad, por la mera costumbre o por la fuerza de la espada. De esto se ocupa, en efecto, el materialismo filosófico pero he de decir que, tras seis años invertidos, todavía me encuentro en la fase introductoria de su estudio.
Me temo que los intereses que representan los Maragall, Gallardón e Ibarra son los mismos que defiende el bipartidismo PSOE-PP. La posible dialéctica que se planteara entre estos y otros elementos (barones, los llaman algunos) solo serviría para alimentar este bipartidismo. Parece fuera de toda duda que este efecto permanecerá mientras dure nuestro actual sistema electoral.
Me parece interesante tu distinción entre evitación/evasión fiscal. Sin quererlo me ha recordado aquella –en otro contexto completamente diferente- entre occidentalización/occidentización. Me la expuso un alopécico profesor de Historia Contemporánea en mis tiempos de instituto (“occidentización” sería lo que sucedió en Japón tras la II Guerra Mundial: adopción de la indumentaria y de ciertas costumbres occidentales pero manteniendo sus valores y sus jerarquías sociales). También he recordado unas palabras de Ramón Tamames: “yo no llamo a la insumisión fiscal –esto sería un delito- pero sí hago un llamamiento para que nadie juegue a la lotería ni a los juegos de azar… estos reportan anualmente grandes sumas al Tesoro, generalmente para liberalidades” (la cita, aunque entrecomillada, no es textual).
En resolución, si aceptamos, con O’Connor, que “toda modificación importante en el equilibrio de las fuerzas políticas y de clase queda reflejada en la estructura tributaria” entonces tendremos un criterio para descalificar a las fuerzas políticas que permiten conductas evasivas pero también las de evitación, y esto tanto en occidente como en oriente. Lo diga Ramón Tamames o su porquero.
Por último, si me lo permites, a tu idea de España solo le ha faltado aquella célebre coletilla que aparecía en las Enciclopedias que estudiaban nuestros mayores: “en España no hace ni mucho frío ni mucho calor, por eso todo el mundo quiere venir a vivir aquí” (hay que decir que eso de que “todo el mundo quiere venir a vivir aquí” habría que matizarlo actualmente en función de la presión migratoria subsahariana y de Europa del Este). En cualquier caso, lo de las "múltiples aportaciones de culturas, pueblos, razas y religiones”, y lo del “proyecto de progreso y tolerancia” nos da pie para una futura intervención ¿no crees?. Saludos.
Chadwick: cada párrafo, cada línea de tu comentario sugiere una respuesta. Lo curioso del caso es que introduces multitud de elementos de juicio pero en tu escrito no aparecen desordenados ni expuestos groseramente. Todo es pertinente, y uno no sabe a qué carta quedarse: si responder al todo o hacerlo pacientemente con cada una de sus partes componentes. Lo que sí parece evidente es que habrá respuesta, no puede ser de otro modo.
No comparto tu interpretación “hegeliana” de alguno de mis razonamientos. En realidad no es que una idea se oponga a otra y, como resultado, surja una tercera -con todas las influencias que queramos de las anteriores… esto recordaría demasiado al esquema tesis-antítesis-síntesis-. No existe un Maragall que, por sí y ante sí, como una secreción de su conciencia pura, imagine una llamada “vía Maragall” que se oponga a otra conciencia pura llamada “vía Ibarra”, secretada también, las cuales, tras singular batalla, se fundan en una llamada “tercera vía” que todos acepten sin discusión y aquí paz y después gloria. No. Yo no lo veo así.
Probablemente las terceras vías surjan de diversos planes y programas enfrentados mutuamente -no siempre de manera violenta porque cabe la identificación, la absorción, la asimilación, etcétera- de donde saldrán los planes y programas victoriosos. Las normas del Derecho no se improvisan de un día para otro, se trata de rutinas enfrentadas a otras rutinas que solo alcanzarán el estatuto de norma jurídica cuando se hayan impuesto históricamente bien por su practicidad, por la mera costumbre o por la fuerza de la espada. De esto se ocupa, en efecto, el materialismo filosófico pero he de decir que, tras seis años invertidos, todavía me encuentro en la fase introductoria de su estudio.
Me temo que los intereses que representan los Maragall, Gallardón e Ibarra son los mismos que defiende el bipartidismo PSOE-PP. La posible dialéctica que se planteara entre estos y otros elementos (barones, los llaman algunos) solo serviría para alimentar este bipartidismo. Parece fuera de toda duda que este efecto permanecerá mientras dure nuestro actual sistema electoral.
Me parece interesante tu distinción entre evitación/evasión fiscal. Sin quererlo me ha recordado aquella –en otro contexto completamente diferente- entre occidentalización/occidentización. Me la expuso un alopécico profesor de Historia Contemporánea en mis tiempos de instituto (“occidentización” sería lo que sucedió en Japón tras la II Guerra Mundial: adopción de la indumentaria y de ciertas costumbres occidentales pero manteniendo sus valores y sus jerarquías sociales). También he recordado unas palabras de Ramón Tamames: “yo no llamo a la insumisión fiscal –esto sería un delito- pero sí hago un llamamiento para que nadie juegue a la lotería ni a los juegos de azar… estos reportan anualmente grandes sumas al Tesoro, generalmente para liberalidades” (la cita, aunque entrecomillada, no es textual).
En resolución, si aceptamos, con O’Connor, que “toda modificación importante en el equilibrio de las fuerzas políticas y de clase queda reflejada en la estructura tributaria” entonces tendremos un criterio para descalificar a las fuerzas políticas que permiten conductas evasivas pero también las de evitación, y esto tanto en occidente como en oriente. Lo diga Ramón Tamames o su porquero.
Por último, si me lo permites, a tu idea de España solo le ha faltado aquella célebre coletilla que aparecía en las Enciclopedias que estudiaban nuestros mayores: “en España no hace ni mucho frío ni mucho calor, por eso todo el mundo quiere venir a vivir aquí” (hay que decir que eso de que “todo el mundo quiere venir a vivir aquí” habría que matizarlo actualmente en función de la presión migratoria subsahariana y de Europa del Este). En cualquier caso, lo de las "múltiples aportaciones de culturas, pueblos, razas y religiones”, y lo del “proyecto de progreso y tolerancia” nos da pie para una futura intervención ¿no crees?. Saludos.
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