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01 agosto 2006

Cuba


Todo parece indicar que el fin de Castro está próximo. No importa la opacidad informativa característica del gobierno de La Habana porque, a cambio, nos llegan los ecos festivos desde las calles de Miami y podemos imaginar lo que está ocurriendo. Pronosticar la duración del castrismo, una vez muerto el dictador, ya resulta una tarea más complicada como se puede comprender. Si definimos el castrismo como un todo compuesto por los intereses económicos, políticos y sociales de los grupos que rodean a Castro y que podrían sobrevivir a su muerte, entonces no habrá cambios en la Isla. Pero también podría suceder que la alternativa apadrinada por los Estados Unidos fuese peor que la propia enfermedad: Mas Canosa murió pero quién duda de sus verdaderas intenciones una vez alcanzado el poder. A buen seguro la "perla del Caribe" volvería a una situación pre-revolucionaria, esto es: cuando no votaban ni los «negros analfabetos», ni las mujeres, ni los no propietarios, reduciendo el censo a 100.000 cubanos, como ha recordado recientemente Noam Chomsky.
En mi opinión, la valoración que se ha hecho de la situación de Cuba a lo largo de estos casi cincuenta años no ha tenido en cuenta un hecho incuestionable: el país se encuentra en estado de excepción. Es más, la práctica totalidad de las democracias occidentales prevén qué hacer en sus constituciones en caso de encontrarse en esta misma situación, y la respuesta no difiere demasiado con lo que pasa en cuba:
Así, en la Constitución española de 1978 podemos leer, artículo 55: "Los derechos reconocidos en los artículos 17, 18, apartados 2 y 3; artículos 19, 20, apartados 1, a) y d), y 5, artículos 21, 28, apartado 2, y artículo 37, apartado 2, podrán ser suspendidos cuando se acuerde la declaración del estado de excepción o de sitio en los términos previstos en la Constitución. Se exceptúa de lo establecido anteriormente el apartado 3 del artículo 17 para el supuesto de declaración de estado de excepción". Para ahorrar tiempo a los lectores del blog, este artículo dice que se suspenden los derechos de reunión; derecho a la libertad y a la seguridad; inviolabilidad del domicilio; secreto de las comunicaciones; circular por el territorio nacional; expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opinión; comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión; secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información; derecho a la huelga; y, por último, el derecho de los trabajadores y empresarios a adoptar medidas de conflicto colectivo.
¿Aceptaríamos esto en España pero en Cuba no?
Si todas estas medidas le pueden parecer excesivas a alguien que observe la cuestión cubana simplemente como un caso más de dictadura latinoamericana injusta debería quizá completar su análisis con las acciones llevadas a cabo por las instituciones o por particulares norteamericanos en relación con Cuba: leyes Helms-Burton, Torricellli, intentos de asesinato de Fidel, o, sin ir más lejos, la mera existencia de la base militar de Guantánamo. Aquí, los Estados Unidos ocupan militarmente una zona de Cuba de manera ilegal desde 1903, pocos años después de que la isla se independizara de España. Hay que recordar que el tratado por el cual los EE.UU. ocupan la base es el "Convenio para las estaciones carboneras y navales"... nada que ver con el uso que se le da al complejo desde tiempo inmemorial y más concretamente desde que lo han reconvertido en hotel de lujo, y perdón por la ironía.
En resolución, la idea-fuerza de este escrito vendría a decir lo siguiente: la dictadura de Fidel se ha mantenido en el tiempo y ha tenido la dureza que ha tenido debido a las acciones encaminadas por los Estados Unidos a recuperar el control de la isla, perdido en la revolución de 1959. Cualquier estado soberano habría endurecido su legislación interna ante el acoso de la primera potencia económica y militar del mundo. La alternativa democrática a la sucesión de Fidel, si es tutelada por los Estados Unidos, puede suponer otro triste episodio más en la historia de un pueblo que está maldito, como es el pueblo cubano.

5 comentarios:

  1. Anónimo8:07 a. m.

    ¡Le voy a coger el gustillo a esto de escribir en tu blog!

    Soy de la misma opinión que tú sobre este asunto y precisamente venía dándole vueltas desde que ayer oí la noticia en la radio. Es una suerte que hayas introducido el asunto.

    No es posible juzgar los resultados del régimen cubano sin tener en cuenta la presión y el bloqueo al que está sometido.
    Como dices, si el castrismo no siguiera, y los intereses de los cubanos en Miami y de los EEUU se adueñaran de la isla, no dudemos en que Cuba volvería a ser un gran casino. Recordemos la película Habana.

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  2. Anónimo7:45 a. m.

    Parece que el tan esperado por algunos, ¿la mayoría?, final de Fidel Castro no va a llegar tan fácilmente, y que del mismo sólo nos vamos a enterar cuando este sea tal y esté finalizado. Y, ¿no os parece lógico? Dada la situación de Cuba, una isla no sólo en el sentido geográfico, creo que es normal que los dirigentes cubanos decidan mantener en secreto cualquier noticia sobre variación de salud de su jefe y evitar o al menos demorar que se hagan efectivas las tentaciones de algunos de caer cual ave rapiña sobre su país. Esto, al mismo tiempo, les permite preparar su transición.

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  3. Anónimo5:40 p. m.

    He aquí otro de los grandes dilemas de política internacional tan complicado.
    Un pueblo empobrecido por el enroque de unos pocos políticos. Seguro que si le preguntamos al pueblo hoy, ocurriría algo parecido al estado pre-revolucionario.
    Hace unos minutos he puesto mi opinión en el otro debate abierto sobre Israel y Palestina. Mi línea argumental aquí va a ser muy parecida a la anterior: Lo importante está en el corazón. Los políticos nos encaminan a sus guerras particulares, de las que el pueblo no puede opinar, sino es que es un traidor.
    ¡Silversilver47 pero venga esos cinco! Estoy tan cansado de que se justifique TOOOODOOOOOOO porque los otros son tan malos. Estoy totalmente de acuerdo con tu exposición.
    Efectivamente, la revolución cubana era necesaria. La situación era penosa. Pero hay que recordar que el mundo de hoy no es el mismo que el de entonces. Esto es algo que los "iluminados" suelen pasar por alto.
    Me hace especialmente gracia esto:
    "A buen seguro la "perla del Caribe" volvería a una situación pre-revolucionaria, esto es: cuando no votaban ni los «negros analfabetos», ni las mujeres, ni los no propietarios, reduciendo el censo a 100.000 cubanos, como ha recordado recientemente Noam Chomsky."
    ¿Puede el pueblo cubano decirle a Fidel que se largue de una vez? No EEUU ¿puede? Mi querido Carlos. Dices que sólo 100.000 podrían opinar y decidir sobre su futuro. Ojalá hoy, tan sólo un cubano que opine diferente de fidel, no tuviera que irse a Florida para mandarle al carajo.
    El principio de la revolución era necesario para la independencia de Cuba del "imperialismo". Cierto. Pero después de los años que han pasado sólo veo una cosa: un secuestro. Un secuestro de Cuba por Fidel. ¡Qué triste que por el orgullo de Fidel, Cuba no pueda ser una democracia! Prefiero que voten 100.000 a que no vote nadie. En todo caso, no me creo que Cuba volvería al colonialismo sin Fidel.
    Cuba necesitaba la revolución. Ahí si hubo un momento bélico que requirió una situación especial de las libertades. Pero Cuba no necesita una dictadura, con mentiras para someter al pueblo.
    Al final da igual quien someta al pueblo, si uno de dentro o uno de fuera. La cuestión es que el pueblo debe ser libre. Como en "Revelión en la granja", ¿acaso estaban mejor con los cerdos?

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  4. Estimado SILVERSILVER tras leer tus comentarios sobre el tema que nos ocupa -en definitiva: la figura de Fidel Castro y la situación en Cuba-, no puedo por más que coincidir plenamente con tus conclusiones finales: yo tampoco brindaría nunca por la muerte de nadie, pero sí lo haría gustoso por la libertad de los cubanos.

    La cuestión ahora sería determinar en qué momento de su historia el pueblo cubano ha gozado de alguna libertad política… por considerarlo tiempo perdido no me molestaré en rebuscar este dato entre la abundante bibliografía disponible, pero me late que quizá un atisbo de libertad sí que pudo existir en dos momentos puntuales, ambos relacionados con el concepto de “revolución”: 1898 y 1959. El pueblo en busca de la libertad. En el segundo supuesto, el que coincide con el derrocamiento del régimen de Batista, yo no sería tan ambicioso como tú en el sentido de que Fidel habría actuado “en representación” del pueblo cubano. Los procesos revolucionarios surgen en las condiciones que surgen y, si el pueblo hubiera podido elegir a sus representantes con plena libertad política entonces no habría hecho falta tomar las armas. Los grandes líderes revolucionarios que en el mundo han sido nunca fueron elegidos por las masas sino que son las circunstancias y las concatenaciones de hechos las que los elevan a esos lugares. Si Fidel no hubiera “encabezado” el movimiento otro habría ocupado su lugar, no nos quepan dudas.

    Me he tomado algún tiempo en responder porque, reconozcámoslo, tu contundencia y solidez así lo recomendaba. El texto está escrito en un lenguaje técnico-jurídico impecable, demostrando un dominio de la materia para mí inalcanzable. No obstante, creo que todavía hay debate porque no es tanto lo que dices como lo que no dices. Das cumplida respuesta a un aspecto concreto –accesorio diría yo-, de mi exposición pero obvias, seguro que por olvido y no por mala intención, el contexto geopolítico en el que está inserto el problema de Cuba. Contexto tratado no obstante con cierto detalle en mi intervención.

    Tanto Julio Paredes como SILVERSILVER plantean el caso cubano como si allí no hubiera elecciones periódicas. Sí las hay. Otra cosa es que no respondan al canon que nosotros estamos acostumbrados a manejar. Los cubanos eligen a sus delegados quienes, en una doble vuelta, designan a sus representantes. Si alguien se sorprende porque en Cuba no haya partidos políticos de corte liberal supongo que también se sorprenderá de que en los EE.UU. tampoco haya partidos políticos comunistas o ni siquiera de izquierdas, entendiendo esta opción política como plenamente legal en cualquier democracia del mundo.

    Decir que en Cuba existe una corrupción absoluta y que no hay ningún órgano que lo evite pide el principio. Es decir, ¿quién ha determinado que en Cuba hay corrupción, la extrema derecha de Miami? Ítem más, cuando el propio gobierno de los EE.UU., de George Bush, ha reconocido la existencia desde 2002 de una oficina de propaganda –la Oficina de Diplomacia Pública del Departamento de Estado, que invierte alrededor de 600 millones de dólares anuales en difundir falsedades contra todo lo que atente contra la “seguridad nacional” (signifique esto lo que signifique)-, entonces hiere a la inteligencia de cualquier ser racional dotado de lenguaje doblemente articulado que alguien pueda creerse una sola noticia sobre Cuba procedente de los vecinos del norte.

    En mi escrito trataba de explicar que Cuba vive un estado de excepción. Me quedé corto. Lo que se da en Cuba, realmente, es un estado de sitio. Es en nuestra Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio donde se prevé esta situación “cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o acto de fuerza contra la soberanía o independencia”, “su integridad territorial o el Ordenamiento Constitucional, que no pueda resolverse por otros medios”… pero ni SILVERSILVER ni Julio Paredes han mencionado –supongo que por olvido, y no por malicia- las alusiones a la existencia de las leyes Helms-Burton; Torricellli; los intentos de asesinato de Fidel; intento de invasión de la isla en Bahía Cochinos; o, sin ir más lejos, la mera existencia de la base militar ilegal de Guantánamo. Insisto: ¿todos estos episodios juntos no justifica la situación técnica de estado de sitio en un país soberano?

    En resolución, considero plenamente vigentes, y no desmentidas, las conclusiones de mi entrada en el blog: la dictadura de Fidel se ha mantenido en el tiempo y ha tenido la dureza que ha tenido debido a las acciones encaminadas por los Estados Unidos a recuperar el control de la isla, perdido “de facto” en la revolución de 1959. Cualquier estado soberano habría endurecido su legislación interna ante el acoso económico y militar de la primera potencia mundial. La alternativa democrática a la sucesión de Fidel, si es tutelada por los Estados Unidos, puede suponer otro triste episodio en la historia de un pueblo que está maldito, como es el pueblo cubano.

    Saludos.

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  5. ANEXOS:

    Para la ley electoral cubana:
    http://www.cubanet.org/ref/dis/01070301.htm

    Para la constitución de Cuba:
    http://www.cubanet.org/ref/dis/const_92.htm

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