DE JUANA CHAOS Y DE OTRAS HIERBAS
El caso del terrorista confeso y convicto De Juana Chaos resulta muy interesante para cualquier observador atento de la actualidad porque concita tanta atención que, ante él –ineludiblemente-, todos acabamos posicionándonos. No caben medias tintas. Sin entrar en demasiadas disquisiciones, porque el asunto es, en verdad, harto complejo (aquí caben consideraciones políticas, jurídicas, éticas… pero también sociológicas, psicologistas y hasta mediopensionistas) me referiré solo a un aspecto que sirve como botón de muestra de lo que quiero decir.
La derecha –el PP, pero también aquellos grupúsculos adheridos a su casco como AVT, y demás hierbas- manifiesta que doce años de condena por sendos artículos periodísticos de un terrorista confeso y convicto son poco para lo que ese criminal merecería. Las izquierdas –fundamentalmente el PSOE- opinan que doce años son demasiados apelando, para ello, al artículo 20 de la Constitución (ese que nadie recuerda y que ampara, precisamente, la libertad de expresión y el derecho a recibir información). Por supuesto, si nuestro entramado legal, por la razón que sea, decide reducir la pena de doce a tres años entonces podemos imaginar las reacciones de unos y de otros: la derecha se escandalizará todavía más de lo que estaba y la izquierda (PSOE) pensará que la Justicia se ha impuesto.
He querido dejar para otro apartado a ese sector de la izquierda (IU y la izquierda extravagante) que desearía la inmediata puesta en libertad del reo apelando a cuestiones meramente éticas (en atención a la precaria situación en que ha quedado el terrorista confeso y convicto tras el inicio de su huelga de hambre, esto es, por razones “humanitarias” debería ser liberado). No me extenderé en esta posición por considerarla, como he dicho antes, eminentemente ética y no política y, por tanto, intrascendente.
Creo que se equivocan todos. Y aquí viene mi “ineludible posicionamiento”. Los socialistas porque olvidan que fue bajo un gobierno anterior de su propio partido cuando se modificó el contenido del delito por apología del terrorismo. Fueron ellos quienes hicieron posible que un artículo de opinión pueda considerarse como apología aunque tras su publicación no haya habido un atentado del que se pueda establecer una relación de causa-efecto. Los populares se equivocan porque, en efecto, nos encontramos en un estado de derecho en el que, por inmoral que nos parezca la opinión de otro, hay un artículo 20 que reconoce expresamente el derecho “a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”. El desacuerdo entre las dos principales formaciones políticas de España parece mayúsculo. De todo lo cual se deduce que el tan cacareado pacto antiterrorista PP-PSOE no es más que un acuerdo contra natura. Un engendro irrealizable que, como ha quedado demostrado, solo se saca a colación cuando interesa electoralmente. Empiezo a pensar que esto no tiene solución.
La derecha –el PP, pero también aquellos grupúsculos adheridos a su casco como AVT, y demás hierbas- manifiesta que doce años de condena por sendos artículos periodísticos de un terrorista confeso y convicto son poco para lo que ese criminal merecería. Las izquierdas –fundamentalmente el PSOE- opinan que doce años son demasiados apelando, para ello, al artículo 20 de la Constitución (ese que nadie recuerda y que ampara, precisamente, la libertad de expresión y el derecho a recibir información). Por supuesto, si nuestro entramado legal, por la razón que sea, decide reducir la pena de doce a tres años entonces podemos imaginar las reacciones de unos y de otros: la derecha se escandalizará todavía más de lo que estaba y la izquierda (PSOE) pensará que la Justicia se ha impuesto.
He querido dejar para otro apartado a ese sector de la izquierda (IU y la izquierda extravagante) que desearía la inmediata puesta en libertad del reo apelando a cuestiones meramente éticas (en atención a la precaria situación en que ha quedado el terrorista confeso y convicto tras el inicio de su huelga de hambre, esto es, por razones “humanitarias” debería ser liberado). No me extenderé en esta posición por considerarla, como he dicho antes, eminentemente ética y no política y, por tanto, intrascendente.
Creo que se equivocan todos. Y aquí viene mi “ineludible posicionamiento”. Los socialistas porque olvidan que fue bajo un gobierno anterior de su propio partido cuando se modificó el contenido del delito por apología del terrorismo. Fueron ellos quienes hicieron posible que un artículo de opinión pueda considerarse como apología aunque tras su publicación no haya habido un atentado del que se pueda establecer una relación de causa-efecto. Los populares se equivocan porque, en efecto, nos encontramos en un estado de derecho en el que, por inmoral que nos parezca la opinión de otro, hay un artículo 20 que reconoce expresamente el derecho “a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”. El desacuerdo entre las dos principales formaciones políticas de España parece mayúsculo. De todo lo cual se deduce que el tan cacareado pacto antiterrorista PP-PSOE no es más que un acuerdo contra natura. Un engendro irrealizable que, como ha quedado demostrado, solo se saca a colación cuando interesa electoralmente. Empiezo a pensar que esto no tiene solución.
Hace mucho que no participo, pero no he dejado de seguir el blog. Hoy me animo.
ResponderEliminarNo sé si es mi torpeza, pero en el último párrafo Juan Carlos dice que va a posicionarse y lo único que hace es criticar a los dos. Yo participo de esta crítica a los dos, pero al final no dice cual es la conclusión en su opinión: qué tiene que decidir el juez.
Puedes sentir lástima por un tigre herido, pero el tigre no puede vivir en sociedad, dado que sigue siendo un peligro. Este terrorista no deja de defender el terrorismo, y esto no es libertad de expresión. Yo no he estudiado derecho, pero los jueces si, y confío en que apliquen la ley. Los políticos, por su parte, ladrarán según sus intereses, y estos ladridos seguirán sus intereses electorales.
Una chica anoréxica no se cura mandándola a su casa, y yo no me siento seguro con un ciudadano que no sólo hace apología del terrorismo, sino que tiene el poder de atraer a los medios de comunicación.
Cuando se retiró en el pasado un libro escrito por un musulmán dando lecciones de cómo maltratar a las mujeres no se le retiraba el derecho del "artículo 20", sino que se intentaba evitar que una parte de la población aprenda a maltratar a las mujeres.
Aquí hay que apartar de los medios de comunicación a un "éroe" de chicos y chicas a los que en señan a odiar y matar a los "enemigos del pueblo vasco".
Yo digo que se aplique la ley, para que desaparezcan los tigres de las calles y que no se permita ayudar a los que pretenden hacer de las calles una jungla. Y para que no haya error, estos son sólo los terroristas, y no ningún partido político que cree en la Constitución.
Juan Carlos. Aparte de criticar al PP y PSOE, ¿tu qué decidirías? ¿Dejar que diga lo que quiera y que se vaya a su casa?
Bienvenido al blog, Julio. Y muchas gracias por el seguimiento que, me consta, has mantenido durante las últimas semanas, aunque mucho mejor si participas. Como en esta ocasión.
ResponderEliminarDicho esto, comenzaré mi intervención con una obviedad: las sentencias las dictan los jueces en el uso de sus competencias… esto es obvio, aunque no tanto, a tenor de tu exigencia de que mi comentario debería expresar lo que tendría que decidir el juez. No seré yo quien practique intrusismo profesional.
Mi posición en este caso, aunque no te guste, queda perfectamente expresada en el texto. Por un lado, comento que, dada la particularidad del asunto, no creo que haya nadie que carezca de opinión sobre él. Caben tantos puntos de vista sobre este tema como concepciones de la realidad pueda haber; y así, cito las concepciones éticas, las políticas, las sociológicas, etcétera.
En segundo lugar, mi posicionamiento queda perfilado en sus líneas fundamentales: todos se equivocan. Estimo que a este punto de vista no se le puede aplicar aquel refrán popular que dice: “el que calla otorga” sino esa otra variante: “quien calla no otorga… simplemente no dice”. Aquí, el “no decir” no significa “falta de opinión” sino “silencio prudente” ya que mi impresión, es que este señor De Juana ni siquiera debería haber escrito lo que escribió, en atención al principio –ya comentado en el blog- de eutanasia procesal.
Por último, Julio, entras en una serie de disquisiciones más o menos traídas al pelo para terminar, al cabo, casi casi como empezaste -“digo que se aplique la ley para que desaparezcan los tigres de las calles”-, puesto que de eso se trata precisamente: tanto PP como PSOE pretenden que se aplique la ley… lástima, que, como he intentado exponer, apelar a la ley no basta porque, como decía Francisco I respecto de Carlos I: “mi primo y yo estamos siempre de acuerdo: los dos queremos Milán”.