Respuesta a José Román Cubilot: ni Mas ni menos.
Respuesta a nuestro debate en Facebook
a cuenta de Mas y el nacionalismo fraccionario:
Una vez acordado que aquí no se trata
de ofender al contrario sino de contrastar ideas debo decir que
compruebo que la propaganda nacionalista funciona a toda máquina
puesto que han conseguido colocar el debate de la secesión en
primera plana del debate político. Una opinión crítica, como
demuestra ser la tuya, no debería pedir para Mas comprensión
democrática sino el más profundo rechazo. Sus ideas son hermanas
del nazismo más puro, puesto que ambas tienen su origen en el
romanticismo alemán. Estas ideas pasaron a España fundamentalmente
con Ortega cuando afirmó que la nación parte de la voluntad. Y esto
no es así porque la nación no es un hecho de voluntad sino de
existencia: a nadie le han preguntado nunca si quería ser español o
catalán o ampurdanés. ¿Por qué la generación de Mas va a tener
más derechos que sus antepasados o que sus descendientes? ¿Porque
aquí se roba más? Y una vez lograda esa supuesta independencia
¿aceptarían luego otro referendum de unión a España? No lo creo:
echarían al mar a los disconformes.
Para ser Cataluña nación
independiente Mas no es consciente de que debería provocar primero
una guerra civil en la región. Una vez superada esta, de ganarla con
sus mossos de escuadra, debería iniciar otra contra España. Hablo
de guerra porque sería el único modo de obtener esa independencia:
no existe ningún estamento, parlamento, consejería, ayuntamiento ni
dirección general en España ni en Cataluña con la potestad
suficiente para declarar una escisión en nuestra nación. Ni
siquiera un referendum a escala nacional sería válido. Y no lo
sería porque los hechos de existencia no se deciden así, esto no es
lo mismo que ampliar el Camp Nou o construir otro estadio.
A Mas habría que encerrarlrse en la teoría o en los libros y pretenda
elevarlo a la arena provocaría efectos indeseados, expectativas
injustificadas, etcétera, de parte de los ciudadanos catalanes y
españoles que les podría llevar a tomar iniciativas “a cuenta”
de esa supuesta independencia cuyos efectos nadie podría calcular
ahora mismo con exactitud. “Total, como mañana seremos
independientes ya no pago mi hipoteca...” y mañana le están
embargando. “Tú eres un español y no tienes derecho a suspenderme
el examen...” y mañana pierdo mi beca, etcétera, etcétera,
etcétera. Estos son ejemplos pueriles, pero así empiezan las
fracturas sociales y las guerras.
Tuto: no sé si aceptas o no esta
llamada democracia, pero tus ejemplos de elecciones en el País
Vasco, daría igual que fueran en Madrid o en Vitigudino, o que un
separatista catalán lleve adelante libremente sus proyectos de
escisión de la nación suponen que sí. Yo tampoco apaleo policías
ni contenedores, pero manifiesto firmemente mi convicción de que
estamos en una oligarquía partidocrática, un sistema político
donde todos los partidos son monárquicos (todos, incluyendo Bildu o
ERC) puesto que están financiados por esa monarquía. Por tanto, no
juzgo la valia de tal o cual institución política por el número de
votos que consiga en estas elecciones monárquicas amañadas.
La unión sentimiento-nacionalismo es
puro nazismo. ¿Quien no tenga ese sentimiento nacionalista deja por
tanto de ser catalán o vasco? Con facilidad podríamos indagar en el
sentimiento de las personas, bastaría con estudiar someramente su
biografía, sus adhesiones, su militancia, y entonces iniciar las
purgas. La nación no es eso. Es otra cosa. La nación de Mas y de
Bildu no es política, se sustenta en la butifarra o en el aurresku,
señas de identidad que tienen su importancia antropológica o
sociológica, pero nada más. Mas y Bildu no tienen derecho a
levantar una nación sobre esas bases. No tienen legitimación
histórica ni política.
Sinceramente, a un obrero deshauciado
le sería totalmente indiferente que lo pongan en la calle nuestros
actuales gobernantes, o los nazis Mas y Bildu.